Finalmente, llegaba el plato fuerte de la noche: Dark Funeral. La banda sueca, pionera del black metal, arrancó con su característico ataque sonoro, que no dio tregua ni un segundo. La oscuridad se apoderó del escenario, con un montaje minimalista pero cargado de simbolismo satánico y un juego de luces que multiplicaba la intensidad del concierto. “Nosferatu” fue el primer tema en dar la bienvenida a un público ansioso por sumergirse en las profundidades del black metal más puro.

Las interpretaciones de los suecos fueron tan certeras como crudas, con una fuerza desbordante que desató un moshpit masivo. Las voces guturales de Heljarmadr, junto con los riffs afilados de guitarra y la batería frenética de Chaq Mol, mantuvieron la energía elevada durante toda la actuación. Destacar temas como “Open the gates” y “Let the devil in” fueron recibidos con una ovación ensordecedora, mientras la banda mostraba su maestría en lo que respecta a la creación de atmósferas densas y perturbadoras.

El ritual culminó en una explosión de caos controlado, donde la audiencia parecía haber sido absorbida por la misma oscuridad que emanaba de la banda. Cada miembro del grupo se entregó por completo a la causa, dejando claro que Dark Funeral sigue siendo una de las formaciones más importantes del black metal contemporáneo.

En resumen, fue una noche de pura magia oscura, llena de intensidad, técnica y una energía que pocos géneros musicales pueden ofrecer. Sin duda, un concierto que quedará grabado en la memoria de los asistentes.