La Sala Upload, ese escenario conocido por su sonido impecable y su atmósfera cargada de energía, se preparaba para recibir a uno de los exponentes más sólidos del stoner y hard rock europeo. Los griegos PLANET OF ZEUS, conocidos por su estilo feroz y su entrega sin límites, no defraudaron a los asistentes que abarrotaron el local.

El momento de la verdad llegó cuando las luces se atenuaron y el retumbar de los altavoces hizo que todos los asistentes se giraran hacia el escenario, que pronto se llenó con la imponente presencia de los atenienses. El vocalista y guitarrista Babis Pappas, líder de la banda, tomó el micrófono con una sonrisa desafiante mientras la banda se preparaba para lanzar la primera de muchas andanadas de riffs pesados.

Comenzaron con los temas “Baptized in his death” y “Step on, skin off” que dio el pistoletazo de salida a un viaje musical de puro stoner rock. La combinación de riffs abrasivos, potentes y esa voz rasposa de Babis evocó inmediatamente el espíritu de los grandes de la escena, pero con la identidad única que ha ido moldeando a Planet of Zeus a lo largo de los años.

Desde el primer acorde, el público se mostró entregado, saltando, moviéndose y coreando las letras con una energía contagiosa. La química entre la banda y la audiencia fue palpable, una conexión que solo los conciertos más intensos pueden generar. 

Uno de los puntos culminantes del concierto fue la interpretación de “Your song”, que aceleró la temperatura del local. El solo de guitarra, desgarrador y emocional, hizo que los presentes estallaran en vítores. 
A lo largo de la noche, se alternaron temas de todos sus discos, creando una atmósfera vibrante y diversa, donde se pudieron escuchar tanto los temas más contundentes como aquellos con un tono más melódico, sin perder nunca esa esencia de su sonido característico.

Ya hacia el final del concierto, la banda encendió el ánimo de los asistentes tema como: “Macho libre”, “Leftovers” y “Vigilante” con la que despidieron desatando un torbellino en el centro de la sala. A medida que el último acorde retumbaba, la banda se retiraba, dejando al público ansioso por más, pero satisfecho por haber sido parte de una velada que quedará grabada en la memoria de todos los presentes.